domingo, 7 de febrero de 2010

El piano


Sueño con una habitación cuadrada. En el centro, un piano. Sólo hay una luz cenital. Un único foco que ilumina el centro y que deja en completa penumbra al resto de la sala. El piano, negro, contrasta con la luz cálida de la lámpara. Desde otra habitación, a través de una puerta, de la que solo queda un marco viejo de madera, se aprecia la escena del piano. El resto está oscuro, porque no importa. Es la música la que llena el espacio, y no la luz. La luz ilumina el piano y la música ilumina la habitación. Veo la luz en las cosas, solo en momentos en los que siento emoción por algo. Sintiendo como algo especial recorre mi cuerpo desde los pies a la cabeza, es como realmente me siento libre. Siento que lo demás no importa, sólo ese momento de exaltación. Me hace crear, sentir que puedo aportar algo y ser partícipe de esos momentos.
Junto al marco, cerca de la pared, hay otra ventana. A través de ella también se ven los árboles. Quizá sea en la planta de debajo de la habitación de las estanterías. Pero siempre la imagino con una ligera cortina, así que no se muy bien si es la misma casa. Junto a esta ventana, también hay otro piano. Y alguien, detrás de mí, apoya sus manos sobre mis hombros. Me susurra al oído mientras toco. Es un momento especial. Estar con quien quieres estar. Y juntos sentir la misma música.

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