El viento mueve la persiana de la ventana, junto a mi cama. Salgo y me dirijo hacia el balcón. Y abro los pulmones. No salgo muy abrigado. Me gusta el frío. Me gusta sentirlo cerca. Primero miro al cielo estrellado, luego a la luna, luego bajo la mirada hacia el horizonte, y respiro profundamente. Siento como el aire frío me recorre por dentro. Miro ahí abajo, y me fijo en cada una de las personas que pasean por la calle. Me gusta observar a la gente.
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