Sentado en el humilde andén de mi pueblo, espero.
El tren se acerca poco a poco, puntual como siempre.
Los abrazo, los beso. Les quiero.
Se detiene.
Subo.
Y me quedo observando lo que atrás me dejo.
Mi tierra. Mi gente. Mi espacio. Mi tiempo.
Junto a la ventana, observo este mar de olivos.
Las horas pasan.
Mi mundo cambia.
Mi cuerpo se aleja, pero mi corazón se queda.
Aquí está todo mamá, tranquila.
Mis amigos y mi familia.
Mi vida.
Precioso; esper que todo esté yendo genial, ya me contarás a tu regreso :)
ResponderEliminarUn beso desde mi humilde cabaña